Cuando éramos pequeños, todos veíamos con admiración aquellas cosas de mayores que no podíamos utilizar, como bolígrafos, rotuladores... Y cuando nos dejaban uno, ¡no parábamos de hacer dibujos! Lo mismo les ha pasado a los mayores de la Escuela. Han tenido un taller de rotuladores, lo cual les ha cambiado la cara y se les ha cubierto con una gran sonrisa; tras hacer grandes obras de arte, ¡no querían guardar los rotuladores, pues querían seguir pintando!
¿Cuándo será la próxima vez?
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